P3P: ¿una solución para monetizar contenidos digitales?

Introducción

Desde la aparición de las redes p2p, muchos autores las perciben como una amenaza que ha dañado o destruido la posibilidad de rentabilizar sus producciones en formato digital. En este nuevo escenario, lo antiguos modelos de negocio en torno a los contenidos digitales son cada vez más difíciles de sostener. Sin embargo, en una sociedad fuertemente orientada al consumo de este tipo de contenidos, se hace necesario encontrar una forma viable de que el conjunto de la sociedad se pueda beneficiar al máximo de la cultura digital, y al mismo tiempo se pueda remunerar de forma justa y razonable a los autores.

En un artículo anterior se comentan algunos enfoques nuevos a la hora de financiar contenidos digitales. El objetivo de este documento es esbozar y explorar posibles soluciones a estos problemas basadas en variaciones variación de la tecnología p2p.

Contexto

La aparición de Internet, y en especial de las redes peer to peer (p2p), ha supuesto un serio desafío para las industrias dedicadas a contenidos, como audiovisuales y editoriales. La capacidad de replicación ilimitada de las TIC hace prácticamente imposible contener la difusión de los contenidos al margen de los canales de venta, a pesar de las leyes de protección de propiedad intelectual. Con el Internet actual, copiar es demasiado fácil y pagar es aun relativamente engorroso en muchos casos. En la práctica, copiar sin pagar es sencillamente demasiado fácil.

Actualmente existen soluciones de streaming con cierto éxito, pero que también tienen algunas limitaciones (dependencia de la conexión a Internet, etc).

Por otra parte, cuando uno se encuentra con un contenido digital, se puede plantear el problema (moral) de si ha sido adquirido legítimamente, y cuál es el límite para compartirlo.

Cabe imaginar que la forma de usar Internet y de intercambiar contenidos cambiará a medida que los pagos electrónicos se difundan y se hagan más fáciles. Esto probablemente dará lugar, por ejemplo, a que muchas descargar que ahora son gratuitas, se hagan con un pequeño recargo. Si desarrollamos esta idea, podemos pensar en que esto ocurriese también en las transmisiones entre usuarios en una red peer to peer.

Algunas consideraciones previas sobre la solución que se busca

Consideremos en primer lugar algunas propiedades de la solución que buscamos:

  • El diseño del sistema tiene que contemplar la siguiente premisa: en cuanto alguien pone un determinado contenido en Internet o en una red p2p gratuita, el precio de ese contenido es cero en todo el mundo.
  • Consideramos contenidos cuyo autor quiere difundir lo máximo posible, y obtener como mínimo una cierta cantidad de retorno. En este sentido, el sistema no debe necesitar del concepto de propiedad intelectual para proteger la inversión del autor. El sistema debe favorecer que el autor cobre lo antes posible, pues cuanto un contenido empieza a difundirse, la dificultad para controlar su uso crece muy rápidamente.
  • Como consecuencia de lo anterior, si tienes el contenido, lo posees sin limitaciones, y lo puedes usar y compartir con quien quieras, cuantas veces quieras.
  • Evidentemente, las consideraciones de propiedad intelectual o privacidad sí son relevantes si el autor o las personas que están involucradas en un contenido digital no quieren difundirlo, o quieren ser reconocidas (en otro sentido que el monetario) por su autoría, etc. Aquí nos centramos en contenidos en contenidos culturales (o de entretenimiento), que idealmente son creados para alcanzar al máximo público posible.

Características de la solución propuesta

La solución propuesta consiste en una red p2p en la cual cada transferencia de ficheros (o parte de ellos) conlleva (puede conllevar) un pago electrónico del usuario que recibe el fichero a quien lo envía. Podríamos denominarlo p2p pagado, (paid p2p), o sencillamente, p3p.

Una implicación importante de esta característica es que cada usuario puede adquirir un contenido a un precio, y tiene la posibilidad de revenderlo a otros, a un precio menor. Esto crea la posibilidad de revenderlo a varios y en algunos casos obtener beneficio. Esta posibilidad debería disuadir a cualquier usuario de difundir un contenido en otra red antes de tiempo, ya que mientras no lo haga puede obtener algún beneficio.

Por otra parte, llegará un momento que el precio habrá bajado tanto que algún usuario difundirá el contenido en otra red, quedando a disposición de todo el mundo. El sistema tendrá éxito si permite que en ese proceso de distribución el autor haya conseguido el recuperar su inversión o conseguir el retorno planeado.

Para favorecerlo, se puede introducir una característica adicional: que la aplicación cliente pueda esperar a tener un determinado número de peticiones antes de aceptar transmitir los contenidos (y recibir los pagos).

Versión A

A continuación, se presenta una primera idea del sistema a través de dos ejemplos sencillos de uso.

Ejemplo 1. Pequeña difusión

Una premisa de este caso es que no haya limitaciones de ancho de banda, o a los receptores no les importe mucho esperar. Un primer caso podría ser el de un músico aficionado, conocido hasta cierto punto a nivel local, pero sin una gran difusión.

Supongamos que la producción de una canción le ha costado al autor 500 euros. Este seleccionará la canción en su aplicación, y la configura para aceptar un precio de venta de 2,5 euros, y esperar a que haya 200 usuarios que la soliciten. Cuando las 200 peticiones estén esperando, se realizan los pagos y se transmite la canción a los solicitantes. En este caso el funcionamiento del sistema viene a ser como un sistema de crowdfunding al uso.

Ejemplo 2. Difusión media

Suponemos ahora un caso de un músico con un público más amplio, por ejemplo, de 2000 oyentes. El autor graba un tema cuya producción ha costado 4000 euros. Suponiendo que el autor tiene una conexión con 40 MB/s de subida, tardaría unos 4 minutos en transmitir una canción de 5 MB a todos los usuarios. Esto puede ser todavía aceptable, pero sería ya complicado conseguir que todos hagan su petición en un tiempo determinado o esperar a que el último de ellos haga la suya.

La alternativa aquí sería que el autor acepte por ejemplo 40 conexiones a 100 euros. ¿Quién aceptaría comprar una descarga a 100 euros? Podría pensarse para empezar en dos casos: a) alguien que la revende a 2,5 euros, esperando 41 conexiones; b) alguien que la revende a 51 euros, esperando 2 conexiones. Sea cual sea el caso que se dé, lo interesante es que el contenido se va difundiendo, el autor ha recuperado su inversión, y los usuarios intermediarios colaboran en difundir el contenido, distribuyendo el uso de ancho de banda, y con una esperanza razonable de obtener un modesto retorno de la inversión (además de poder disfrutar del contenido como cualquier otro usuario).

Otras consideraciones

¿Qué pasa si uno de los intermediarios acepta 41 conexiones a 2,5 euros y otro 2 conexiones a 51 euros? ¿No es un problema para los dos últimos? No necesariamente. Los que han realizado la compra a 51 reciben la descarga antes (son sólo 2 simultáneas), y tienen la oportunidad de ofrecer la descarga a un precio menor a los 2,5 euros.

Versión B

Consideramos algunas variaciones sobre el modelo A.

Ejemplo B1.

Un autor publica su contenido, y ofrece 10000 conexiones a 0,5 euros, con una conexión de 100 MB/s de subida.

Se abre el plazo para hacer ofertas por las conexiones. Recordemos que nos estamos inspirando en el modelo de crowdfunding (tipo Kickstarter), en que hay un plazo para hacer contribuciones. Los usuarios transfieren el dinero en ese momento, hasta que vence el plazo (y el dinero se devuelve) o se completa la cantidad solicitada y el proyecto sale adelante (en este caso, comienzan las transferencias de datos).

Los usuarios que hacen ofertas para obtener los primeros canales de transmisión, ven que con el ancho de banda disponible el tiempo de descarga para la canción (5 MB) sería de 1,4 horas. Por lo tanto, algunos pueden preferir pagar más para recibirlo antes, y con el incentivo de que tendrán la oportunidad de ser también revendedores y obtener un beneficio.

Este ejemplo nos da una idea de red de distribución que se va construyendo “de abajo a arriba”, empezando por los usuarios finales (que simplemente contribuyen con un pequeño pago), entre los cuales algunos van “promocionando” a intermediarios según van haciendo ofertas mayores para que su conexión tenga mayor ancho de banda y recibir el contenido antes. Lógicamente, esto no quita que algunos usuarios puedan hacer ofertas mayores en primer lugar.

Análisis del Ejemplo B1 y cuestiones abiertas

Una primera consideración es cómo se va reconfigurando la red a medida que aparecen nuevos oferentes y algunos de ellos suben de nivel. Es decir, supongamos que hay un cercano (pero inferior) a los 10000 usuarios que han ofrecido cada uno sus 0,5 euros. En ese momento aparecen dos usuarios que ofrecen, cada uno, 2500 euros por las dos mitades del ancho de banda del autor. La pregunta es si debería el sistema permitir que el autor acepte esas dos ofertas, rechazando las que tenía antes.

Desde el punto de vista técnico, sería lo más eficiente, porque el autor sólo tendría que hacer dos transferencias, y los usuarios finales podrían recibir la transferencia igualmente de esos dos intermediarios.

Pero un problema que puede surgir es que estos dos intermediarios decidieran poner un precio mayor a las conexiones. En este caso, según la mecánica del sistema, siempre pueden surgir usuarios que ejerzan niveles adicionales de intermediación, hasta que el precio descienda al valor original por conexión. No es difícil ver que esto tiene consecuencias: Probablemente, el valor total del contenido superará la suma total solicitada por el autor lo cual no es necesariamente malo, mientras aparezcan suficientes usuarios “finales”. La otra posibilidad es que algunos de los intermediarios perderán dinero si no consiguen ofertas suficientes de un siguiente nivel. En este sentido, vemos que el posible beneficio de los intermediarios está sujeto a un porcentaje de riesgo (lo cual también ocurre en todas las cadenas de distribución tradicionales).

Aquí aparecen varias preguntas. La primera es que, si el dinero es retenido en el plazo de ofertas (como en los sistemas de crowdfunding), los acuerdos de transferencia serían asimétricos, ya que el que ofrece dinero no puede retractarse, pero el que ofrece la transferencia sí, ya que puede encontrar acuerdos mejores. En este modelo, ¿qué pasa con el dinero que ha depositado el usuario? La solución más sencilla es que se libere y vuelva al usuario, que pueda hacer nuevas ofertas a alguno de los intermediarios. También se puede considerar si resultaría disuasoria para los usuarios la posibilidad de que su oferta inicial pueda ser rechazada, y si por tanto habría que prever además algún mecanismo de la red que permita renegociar o conseguir otra conexión a un precio parecido al ofrecido. Por otra parte, podría entenderse también que forma parte del modelo que las conexiones se puedan rechazar o que los precios puedan variar a medida van entrando intermediaros (sería una de las contrapartidas de atenerse al precio mínimo).

¿Qué ocurriría si buscásemos un modelo más simétrico, en que cualquiera de las dos partes puede arrepentirse de la conexión, mientras no haya vencido el plazo? Parece la principal desventaja es que podría ser más difícil completar los cupos para cada contenido.

Otras funcionalidades

La red podría además incluir algún tipo de funcionalidad de red social (por ejemplo, guardar una lista de contactos con la que uno se puede comunicar), de forma que se puedan recomendar contenidos a los contactos que conocemos.

Algunas reflexiones

Detengámonos a considerar algunas consecuencias y propiedades de los ejemplos propuestos.

  • El contenido se difunde a través de una única red (un protocolo montado sobre Internet), y se monetiza a medida que se difunde.
  • Se contempla que, pasado cierto tiempo, alguien puede sacar el contenido de la red (hacia el resto de Internet), lo que lo pondría a disposición de todo el mundo.
  • En cada transferencia, no se paga meramente el contenido. Más bien, se paga el ancho de banda que requiere su transmisión en un momento dado. Y el momento también es importante, porque cuanto antes se disponga del contenido, más oportunidades se tiene de negociar con él.
  • Los usuarios forman una red de distribución en que comparten, en distinta medida, el coste y el riesgo asumido por la producción del contenido. Todos los usuarios funcionan con el mismo protocolo, pero dependiendo de los parámetros de configuración, su comportamiento en la red tendrá distintos perfiles.

    • Este sistema puede entenderse como una mezcla entre una cadena de distribución tradicional, un sistema de crowdfunding y un mercado de valores. En el aspecto de cadena de distribución, unos usuarios serán más parecidos a los intermediarios, que asumen una inversión grande y cierto riesgo en la operación, con la esperanza de obtener algún beneficio. Otros serán consumidores finales, que están más interesados en el contenido en sí. La peculiaridad aquí es que estos roles se difuminan, apareciendo casos intermedios.
    • Por otro lado, debido a las características de una red informática (rapidez de las transacciones, etc), el sistema recuerda también en algún sentido a un mercado de valores.
  • El sistema “fracasa” si alguien vuelca el contenido a otra red demasiado pronto, ya que en ese momento todos pueden acceder a él gratuitamente. La posibilidad de “éxito” descansa en que ningún cliente (al menos los más cercanos al productor) tendrá motivos para hacerlo, si difunden el contenido en otra red pierden la oportunidad de generar beneficio o al menos reducir su pérdida.

Limitaciones y otras cuestiones abiertas

Hasta aquí, la descripción básica de esta idea. Se podrían apuntar algunas críticas o aspectos que no están claramente resueltos aún, y que requerirían seguir elaborando la reflexión. Se presentan a continuación, brevemente.

En primer lugar, aunque la intención de proponer esta idea es encontrar una forma más o menos justa y razonable de difundir contenidos y remunerar a los autores, definir con precisión cuál es la remuneración justa o razonable de un contenido requeriría una reflexión completa aparte. Además, un sistema como este podría prestarse a prácticas de especulación, que inflaran artificialmente el precio de transmisión de algunos contenidos.

En segundo lugar, querdaría pendiente sería la verificación de las transacciones. El receptor de la transmisión podría querer comprobar que el contenido recibido procede íntegramente del autor. Un enfoque para abordar esto es que cada transacción hiciera algún tipo verificación mediante clave hash del contenido transmitido. De hecho, el autor podría convertirse en proveedor de esa verificación, obteniendo un rendimiento adicional.

Finalmente, dejamos sencillamente indicadas otras preguntas que se pueden plantear a la hora de desarrollar e implementar el sistema:

  • ¿Cuál es la mejor modalidad de intercambio?

    • Dividir el ancho de banda en un número fijo de canales, o comerciar con él como una cantidad continua. Es decir, pagando más, ¿se debería poder aumentar el ancho de banda de un canal?
    • ¿Marcar un precio fijo por canal (o por unidad de ancho de banda), o subastarlo?
  • ¿Es necesaria una plataforma u organización centralizada, que arbitre los intercambios, maneje los pagos electrónicos, resuelva litigios, etc? Recordemos que, las redes peer 2 peer más conocidas no lo son puramente, pues dado que la mayoría de los usuarios no tienen IP pública, siempre hacen falta servidores que ayuden a establecer las conexiones entre ellos.

  • ¿Es necesario que esté construida toda la red de difusión para liberar el contenido?
  • ¿Qué ventajas tiene publicar el ancho de banda ofrecido? ¿Y dificultades?
  • ¿Debe un usuario poder conocer el resto de ofertas que se están realizando por un contenido?

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Written by andrescg2sj in producción on vie 15 febrero 2019.

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